La Resurrección de las memelas

*Después de cada Semana Santa, la Junta Auxiliar de la ciudad de Puebla se llena del aroma a memelas y los comales se llenan de gente ávida del emblemático platillo

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- A los pies de La Malinche una localidad con sabor a memelas poblanas que preparan las mujeres: La Resurrección, se llaman.

Cada año, después de Semana Santa, las calles se llenan de fiesta y de personas ajenas a la comunidad que recorren puesto por puesto hasta la entrada de la iglesia de la junta auxiliar de la capital poblana.

El aroma de las memelas inunda el lugar, el ruido de cuando la salsa toca el comal se oye a la distancia y abre el apetito de quienes se encuentran cerca.

Hay música, gente que ríe y habla, otros que ya llevan en charolas y platos las memelas dobladas que les han regalado. Hay quienes ni siquiera se forman y prefieren comprarlas en los negocios de la zona.

Hay mariachis y un carrusel con ponys reales, los niños se suben sobre los animales que dan vueltas bajo una sombrilla, como si se tratara de un juego mecánico. La mujer con el mariachi canta en un escenario colocado cerca de la presidencia auxiliar, mientras las familias disfrutan de su voz y las memelas o una michelada.

Al entrar a la iglesia de La Resurrección primero hay que pasar por el templo donde está cristo y a su lado San Miguel Arcángel;  los pobladores del lugar, antes de ir a la vendimia, pasan por las figuras religiosas, se paran frente a ellas, oran y luego se retiran al atrio.

En el atrio papel picado y una lona que evita que pasen los rayos del sol; las mujeres echan las tortillas sobre el comal, luego  la manteca y antes de que se doren, vierten en ellas la salsa roja o verde y hasta encima el queso y la cebolla.

Detrás del comal hay por lo menos tres mujeres, una que se encarga de tomar un pedazo de masa y aplanarla; otra que la toma y la echa en el comal para que se cosa la tortilla y finalmente la persona que entrega la memela.

Hay fila tras fila en cada comal, las personas esperan impacientes sus turnos para pedir su memela. Los comensales se sientan para degustar las memelas con algunas bebidas que han comprado afuera, mientras escuchan el espectáculo principal.

Se trata de un grupo de mujeres indígenas que explican su papel en la comunidad, hablan del maíz, del proceso por el que pasa hasta que se convierte en la masa con la que más tarde harán las tortillas y las memelas.

Esas mismas mujeres bailan con sus enaguas de colares, mostrando sus blusas bordadas y los rebozos sobre sus cabezas. Muestran cómo es un día habitual en sus hogares, cuando los hombres llegan del campo y las encuentran en casa.

Las memelas de La Resurrección no sólo se comercializan en la zona, la mayoría de las mujeres suelen llevarlas a otros puntos de la ciudad para venderlas, porque son las más famosas, las de mayor sabor, cuyo aroma es posible percibir a la distancia.

 

 

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